Presentacion

La vida es un laberinto donde es muy difícil encontrar el camino exacto, sobretodo cuando no vemos con claridad. Espero que este blog te ayude a reflexionar y ver un poco más allá, hacia al horizonte... ¿lo ves? pues a qué esperas para alcanzarlo.

6 de noviembre de 2016

LA PEOR DECISIÓN: NO DECIDIR



Nos han hecho creer que cuando tomamos una decisión y nos equivocamos es malo, cuando en realidad el mayor error es no tomar decisiones. Al mismo tiempo somos responsables de nuestra vida, y los demás no deben decidir por nosotros.

Pero tomar decisiones no es fácil, de nuevo nos domina el miedo y el miedo hace que nuestra responsabilidad se la cedamos a otra persona, familiares, amigos, pareja… de modo que si sale mal ya tenemos a quien culpar y nos convertimos en víctimas. Hay que ser más valientes y asumir nuestra responsabilidad.

Os dejo con un cuento de EMA WOLF

Había una vez un centauro que, como todos los centauros, era mitad hombre y mitad caballo.
Manga style illustration of zodiac symbol, Sagittarius
 
 Un día el centauro decidió que tenía mucha hambre, pero muchísima, más de la habitual. Ese día se preguntó “Tengo hambre, pero ¿qué debo comer? ¿Debería comer una hamburguesa o debería comer un fardo de heno? ¿Heno o hamburguesa?” Claro, mitad caballo y mitad hombre tenía los dos deseos, tenía que tomar una decisión. Pero se pasó días y días pensando ¿heno o hamburguesa? ¿hamburguesa o heno? ¿heno?, ¿hamburguesa? Y no pudo decidirse, no pudo decidir qué quería comer. Si heno o hamburguesa. Como no podía decidirse se quedó sin comer.

Pero también tenía sueño. Entonces pensó dónde debería dormir, debería dormir en un hotel o en un establo. ¿Hotel o establo?, ¿establo? ¿hotel? Y así estuvo también durante días.  Como no pudo decidir se quedó sin dormir.


Sin dormir y sin comer el pobre centauro se enfermó. Entonces pensó dónde debería ir a atenderse. ¿A un médico o a un veterinario? ¿Veterinario? ¿A un médico?  ¿Veterinario? ¿Medico?, repetía en voz alta. Como tampoco tomó una decisión el centauro se murió.
 Y allí quedó el cadaver del centauro. Vino la gente del pueblo que conocía al centauro de toda la vida, lo vieron ahí muerto y dijeron “deberíamos darle por lo menos cristiana sepultura… ¿o no? ¿Dónde deberíamos enterrarlo? ¿En el cementerio o a campo traviesa? ¿A campo traviesa? ¿En el cementario?” Como no pudieron decidir dónde correspondía enterrarlo, no sabían qué hacer, llamaron a la autora del cuento para que resolviera este problema.

 La autora del cuento sabía que el centauro era mitad hombre y mitad caballo, y tampoco pudo decidir. Así que como era la autora decidió revivir al centauro. Pero todo volvió a empezar una y otra vez porque el centauro nunca se decidió si él era más un hombre que un caballo o más un caballo que un hombre.